Death Cab for Cutie,
nombre derivado de una canción aparecida en la película de los Beatles “Magical
Mystery Tour” que estaba interpretada por la Bonzo Dog Band, es de esas bandas
que practican música derivativa pero artesanal, inteligente, honesta, que
gustará a los seguidores de grupos como Built to Spill o Modest Mouse.
Indie-emo-pop con ritmos templados y sonidos de agradable escucha aunque nada
originales, un tanto iterativos a pesar de la apreciable creación de atmósferas
y especialmente, la agudeza en textos tintados por una coloración en clave
melancólica de resonancias poéticas.
Fans de bandas como Teenage Fanclub, Beatles, Zombies, Kinks o Velvet Underground, el grupo de Washington estaba liderado en sus inicios por el cantante, guitarrista rítmico y principal compositor Ben Gibbard (nacido el 11 de agosto de 1976), y el guitarra líder, teclista y productor Christopher Walla (nacido el 2 de noviembre de 1975). En la ciudad universitaria de Bellingham conocieron a sus futuros compañeros de banda, el bajista Nick Harmer (nacido el 23 de enero de 1975) y el batería Nathan Good. En 1997 se trasladaron a Seattle, lugar de nacimiento de Gibbard, y consiguieron un contrato con el sello independiente Barsuk Records, en donde publicaron el LP Something About Airplanes (1999), disco de suave, relajante, reflexivo, profundo pop, con letras que van más allá de la superficie y roturan en la sentimentalidad de sus autores, un trabajo acomodado a la clásica estructura pop pero rico en texturas (con especial incidencia en las guitarras y los teclados) en la búsqueda de atmósferas envueltas en emotivo lirismo. No es un trabajo para cambiar el mundo, quizá necesitaría mayor incidencia rítmica y mayor diversidad, pero sí resulta ser un álbum de plausible acabado artesanal con cortes como “Bend To Square”, “Amputations”, “Pictures In An Exhibition”, “The Face That Launched 1000 Shits” o “President Of What?”, un tema que podría estar compuesto por los Zombies en los años 60.
Estas características se repetirán invariablemente en sus siguientes discos, bastante formulistas dentro de las tendencias “indie” y dream pop pero que siempre ofrecen alguna gema de excelso trabajo melódico y gran belleza, producción cristalina que no excede la naturaleza del tema, voces con alguna resonancia lennoniana y letras de gran nivel en un escenario dominado por la sensibilidad (es decir, no para descerebrados) y la substancia neuronal que dibuja viñetas con definición literaria. We Have Te Facts And We’re Voting Yes (2000), con “Title Track”, “Scientist Studies”, “Lowell, MA”, “The Employment Pages” o la excelente “Company Calls Epilogue” o The Photo Album (2001), con I Was A Kaleidoscope, A Movie Script Ending o la hipnótica “Informations Travels Faster”, con un piano efectivo en su énfasis emocional, son dos discos de sonido íntimo y compacto, agridulce y cerebral. En Photo Album se incorporó a la banda un nuevo batería, Michael Schorr, quien pronto fue sustituido por Jason McGerr. Al margen de sus LPs, Death Cab for Cutie, publicaron también dos EPS, Forbidden Love (2000) y The Stability (2002), trabajos que prorrogaron sus tendencias emo-rock.
Fans de bandas como Teenage Fanclub, Beatles, Zombies, Kinks o Velvet Underground, el grupo de Washington estaba liderado en sus inicios por el cantante, guitarrista rítmico y principal compositor Ben Gibbard (nacido el 11 de agosto de 1976), y el guitarra líder, teclista y productor Christopher Walla (nacido el 2 de noviembre de 1975). En la ciudad universitaria de Bellingham conocieron a sus futuros compañeros de banda, el bajista Nick Harmer (nacido el 23 de enero de 1975) y el batería Nathan Good. En 1997 se trasladaron a Seattle, lugar de nacimiento de Gibbard, y consiguieron un contrato con el sello independiente Barsuk Records, en donde publicaron el LP Something About Airplanes (1999), disco de suave, relajante, reflexivo, profundo pop, con letras que van más allá de la superficie y roturan en la sentimentalidad de sus autores, un trabajo acomodado a la clásica estructura pop pero rico en texturas (con especial incidencia en las guitarras y los teclados) en la búsqueda de atmósferas envueltas en emotivo lirismo. No es un trabajo para cambiar el mundo, quizá necesitaría mayor incidencia rítmica y mayor diversidad, pero sí resulta ser un álbum de plausible acabado artesanal con cortes como “Bend To Square”, “Amputations”, “Pictures In An Exhibition”, “The Face That Launched 1000 Shits” o “President Of What?”, un tema que podría estar compuesto por los Zombies en los años 60.
Estas características se repetirán invariablemente en sus siguientes discos, bastante formulistas dentro de las tendencias “indie” y dream pop pero que siempre ofrecen alguna gema de excelso trabajo melódico y gran belleza, producción cristalina que no excede la naturaleza del tema, voces con alguna resonancia lennoniana y letras de gran nivel en un escenario dominado por la sensibilidad (es decir, no para descerebrados) y la substancia neuronal que dibuja viñetas con definición literaria. We Have Te Facts And We’re Voting Yes (2000), con “Title Track”, “Scientist Studies”, “Lowell, MA”, “The Employment Pages” o la excelente “Company Calls Epilogue” o The Photo Album (2001), con I Was A Kaleidoscope, A Movie Script Ending o la hipnótica “Informations Travels Faster”, con un piano efectivo en su énfasis emocional, son dos discos de sonido íntimo y compacto, agridulce y cerebral. En Photo Album se incorporó a la banda un nuevo batería, Michael Schorr, quien pronto fue sustituido por Jason McGerr. Al margen de sus LPs, Death Cab for Cutie, publicaron también dos EPS, Forbidden Love (2000) y The Stability (2002), trabajos que prorrogaron sus tendencias emo-rock.
Transatlanticism (2003) mostró al grupo exponiendo de nuevo su potencial como autores sensibles
de escenarios melancólicos desarrollados con delicado talento melódico aunque
un tanto apagados en su tono. Estas peculiaridades están ejemplificadas en
temas como el título homónimo, Title And Registration, “Lightness”, “Expo
86”, The New Year o The Sound of Settling, uno de los mejores cortes del LP
y una muestra de como hay que componer una simple y eficaz canción pop:
pegadiza melodía, sencillo y directo estribillo y una instrumentación que
intensifique las sensaciones narradas en dos escasos minutos. El álbum fue,
como todos sus trabajos, producido por el guitarrista líder Christopher Walla. Dos años después
apareció Plans (2005), un LP con canciones como Soul Meets Body o I Will
Follow You Into the Dark.
En enero del año 2008 se edidó “Field Manual” (2008), el debut en solitario del guitarrista y productor Chris Walla. Unos meses más tarde el grupo editó su sexto disco en estudio, Narrow Stairs (2008), álbum que contiene el single I Will Possess Your Heart. Con posterioridad apareció Codes And Keys (2011). Ben Gibbard debutó como solista con “Former Lives” (2012). Dos años después volvió a grabar con los Death Cab For Cutie el álbum Kintsugi (2015). Tras este disco Chris Walla decidió abandonar el grupo. En el año 2018 publicaron un nuevo álbum que llevó el título de Thank You For Today (2018), con nuevos añadidos en la formación: el guitarrista Dave Depper y el teclista Zac Rae. Gold Rush, I Dream We Spoke Again y Autumn Love fueron los singles de este disco.
DISCOGRAFÍA seleccionada,
SINGLES:
EP:
Resto de ÁLBUMES:
Fuente: alohacriticon.com
Fotografía: discogs.com
Carátulas discos: discogs.com/rateyourmusic.com
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